Cordillera

Tan perfecta, tan eterna, tan plateada
Tan llena de encanto, como no admirarte...

Fuiste casi imperceptible hasta que te cubrió el manto fino de escarcha que toca tu piel ceñida a tus curvas perfectas...

Se asomó mi mirada y no pudiste desapercibida pasar por mi...

Tu que llenas de explendor el alma y dejas sin habla a quien no esta acostumbrado verte tan cerca.

Cubierta tu silueta del lino mas fino creado; mis manos calientes te hieren al tocar tu piel morena y escarchada, con flores del viento podría acariciarte...

Si el viento te hiere, si el te atormenta,
Mi corazón de brazas ardientes has avivado, para no sentir el helido rocio que tu cuerpo vierte.

Quien fuera un elemento divino para acercarse a tu boca,
Quien sentira el palpitante corazón que yace escondido en ti...
Quien podría conquistar al guarda fuerte que se alza y enfrentarlo si temor solo para robar un beso frío y esquivo de tus labios.

En lo alto te levantas y miro admirado tus curvas ceñidas del lino más blanco que derraman pureza eterna y solo pretendo conquistarte,

Librar el deseo ardiente que hiciste vertir por mis venas, que se han tornado frías...
Me conquistaste, y caí cautivado.
Me heristes, y mi sangre surca a tu encuentro,
Aunque no sientas, estoy esperando, esperanzado como los moái de piedra que aun desde lejos añoran tenerte.