Si ves a un ángel llorar cuando allá partido de regreso al cielo,
un ángel de esos que ahora no tienen alas pero su sola presencia te tranquiliza,
de esos que tienen cabellera negra como el cielo y la silueta de un girasol en primavera, de dientes perfecto y de pies descalzo pero sin niguna mancha,
Ese ángel que aveces con crueldad ha demostrado que en el fondo de su alma
abriga el deseo de tus brazos, y que aunque no lo diga quisiera retornar el tiempo para hallar el camino de regreso.
Ese ángel que con su sonrisa te besa el alma... y cada vez que le recuerdas soñando te levantas con una sonrisa que perdura todo el día, porque de su deseo de amar te ha contagiado.
Si ves a ese ángel llorar, no perturbes su llanto, quizas sus heridas fueron hechas por la partida,
Porque al partir también partió su corazón, y solo ha quedado con parte de su alma, porque la otra la llevo yo al cielo.
Si ves a ese ángel, de seguro sera mi ángel que no me acompaño,
que dejándome en la soledad quizá siguió su camino sin saber que me mataba,
quiso dejar de sufrir sufriendo,
quizó olvidarme a riesgo de verme morir sin ella, sin mi, sin mi ángel,
sin mi guía del camino,
sin mi luz del destino...
Porque si al ver sus ojos, si, esos tiernos y pequeños ojos, son los que me brindaban luz, se cerraron al verme,
me negaron el cielo, su cielo, y ahora me quede en el vacío...
El vacío que hizo, que hicimos...
Nunca supo que ella era eterna y yo un efímero mortal, que ella sin mi podía vivir pero yo no, no, no podía seguir, sin ella...
Si vez aun ángel llorar,
y me has visto partir,
dale gracias a Dios que envió a mi ángel a despedirse de mi...
En mi regreso a los brazos de Él y agradésele al mismo Dios por darme a un Ángel... A mi Ángel.
