En Busca De Una Identidad De Burro


La insatisfacción de la vida me llevo a un largo viaje para conocerme, para saber ¿Quién era yo? En esta travesía surqué por un hermoso campo, algo exhausto me dispuse a descansar en un prado fresco lleno de flores, justo bajo ese árbol frondoso que había visto desde lejos de hojas verdes y marrones que daba sombra al camino y albergaba algunos nidos de pájaros amarillos y azules…
Algo me despertó fue como el susurrar del viento pero su presencia me dejo ver que no era el viento, era el ser más tierno y adorable que había visto, vi sus grandes ojos y a medida que despertaba de mi adormecimiento me iba incorporando, nuestros ojos se entrelazaron me vía absorto ante su mirar serena y tranquila fue como si nuestros corazones latieran a una.
Que grata experiencia, yo que estaba buscando encontrar sentido a mi vida, yo que vivía insatisfecho porque no me llenaba ser lo que soy, por primera vez bajo ese hermoso árbol que albergaba muchas vidas que estaba en medio del hermoso prado lleno de flores cerca del arrollo de cristalinas aguas, me vi lleno de aquel ser, sentí latir su corazón y el albor de su alma despertó en la mía… fue el inicio de mi búsqueda pude ir en paz y dejar de buscar, por fin dejar de buscar el sentido de lo que era.
Regrese sintiendo tener alma, un alma diferente o a lo mejor por fin tenía una alma, si por fin un alma, todo tenía sentido ahora, dentro de mi hay una alma que reposa, una tierna alma de burro.
Aunque mi apariencia diga lo contrario, lo que siento es lo que cuenta, mi decisión y lo que soy, lo que quiero ser… Soy un Burro.
Tuve que sortear muchos obstáculos pero era más firme mi decisión, tenia tanto sentido de porque antes tenía mucha insatisfacción, ahora más que nada podía aseverar que dentro de mí era una burro, un tierno y hermoso burro tratando de salir, queriendo ser comprendido. Una vez escuche a alguien decir “todos somos lo que queremos ser” entonces pensé ¡Porque yo no! –
Por corto tiempo estuve luchando solo. Pero después vi a otras personas que como yo sentían ser diferentes, les conté mi experiencia, sentían lo mismo; la insatisfacción de lo que eran pero ahora podíamos ser como lo que realmente deseamos ser, burros.
Como siempre la sociedad absurda se asusta de lo que no sabe, una sociedad que solo sigue los modelos preestablecidos de otros pero no son genuinos ni modelos únicos, nos desprecia por ser lo que somos, diferentes, pero yo sé lo que siento y soy un burro.
A lo mejor no soy tan parecido pero sé lo que tengo por dentro y lo que tengo es un alma de burro.
Muchos nos menosprecian otros nos sobrellevan pero hay quienes nos aceptan, si, nos aceptan como reales burros.
Han pasado muchos años ahora viviendo feliz ahora con mi vida de burro, cambie algo de mi aspecto con muchas cirugías, inclusive mi dieta cambio; yo era un burro, antes lo sentía pero ahora mi aspecto en algo me favorecía.
Una noche muy estrellada de luna llena que podíamos ver y contemplar la inmensidad del firmamento y sentirnos uno con él universo, paseando por los llanos de una pequeña finca; me encontré con quien cambio mi vida, si era aquel, era mi modelo de inspiración, aquel ser sublime que me hizo dar cuenta de lo que era en realidad, si debía ser aquel, el burro de mi inspiración, y al que ahora yo representaba.
Mi corazón latía a mil ahora podía entenderlo y saber todo lo que yo quería saber de él. Trate de tranquilizarme y al acercarme lentamente vi sus ojos, su mirar era tan brillante como la recordaba, su brillo no se había disipado, su naturalidad y su postura eran tan señorial como lo recordaba ninguno de los dos dijo nada solo caminamos lentamente hasta el lago cristalino y oscuro donde la luna asentaba su silueta finamente.
Note que una lagrima rodaba por el hocico de aquel burro, tranquilo y meditando profundamente me dijo: Alguna vez pensé que eras un ser único y sorprendente y quise ser como ti pero, no pude. Desesperado porque ya no aceptaba esta vida de burro, estuve decidió a sucumbir ante las aguas del rio a seguir siendo un burro, antes de tomar la decisión de saltar, me asome ante el agua y vi el reflejo de mi rostro empecé a ver detalladamente todas las cualidades que habías visto y acepte mi vida de burro, ese día deje de pensar que mi vida dependía de lo que sentía o de lo que quería ser; simplemente tenía que vivir valorando lo que soy, un burro.
El burro guió al otro hasta el borde del estanque y asomándose los dos pregunto,
- ¿Qué imagen ves reflejada? - Este le respondió: Un burro perfecto y un burro imperfecto. - ¡Eres feliz siendo algo que no eres!... – Este avergonzado y cabizbajo respondió;   - no soy feliz, porque no voy a llegar a ser un perfecto burro igual a ti.